viernes, 10 de junio de 2016

Construyendo un ser integral

CONSTRUCCIÓN: SER INTEGRAL
 Niños jugando a ser trabajadores

En muchas ocasiones se ha hablado respecto a la formación integral del ser humano. Esto ha sido referido con el término “hombre o ser humano integral”. La realidad de la existencia del hombre ha demostrado que la transmisión de información científica y de otros saberes con sus respectivos métodos y técnicas no constituye en concreto al ser humano integral. Hay que conducirlo hacia una interpretación y valoración de todo lo que le rodea, como lo pueden ser: la historia, el arte, el ambiente, la sociedad, la religión y Dios, entre otros aspectos.

El esfuerzo que se hace en la formación del ser humano, si se quiere que sea integral, debe promover una manera de entender la vida humana y una orientación para su vida futura. Esto hace necesario un enfoque respecto a la visión del hombre y al sentido de su vida. En definitiva, no es recibir conocimiento para salir de la ignorancia, sino el asumir posición y responsabilidades ante los acontecimientos de la vida. El filósofo francés Jean Paul Sartre se refería a este asunto, al indicar que el hombre es enteramente libre, pero también enteramente responsable de sus actos. Es necesario que el ser humano cree conciencia de este reto para su vida y su implicación para la convivencia en sociedad.

Resulta oportuno indicar que para el desarrollo integral del hombre es de suma importancia la consideración de la estrecha relación que guarda con las implicaciones de carácter ético. Todo lo que se relaciona con él, tendrá consecuencias de índole ético. Hay que propiciar unas consideraciones al respecto: La madurez humana enfoca tres elementos clave para la ética

Disponibilidad social: Aquí se enfoca la socialidad del ser humano ya que es parte de una sociedad que asume diferentes formas: la familia, grupos sociales, ambientes de trabajo, grupos religiosos y diferentes organizaciones. También, mira hacia la solidaridad porque es parte del compromiso y respuesta de responsabilidad ante lo que ocurre por nuestra parte en el ámbito social.

Equilibrio moderado: La personalidad del individuo surge dentro de una determinada cultura, en ella se forma y va creciendo hasta entrar en contacto en otras culturas y ambientes. Karl Jaspers expresa que la personalidad del individuo se da siempre en situaciones. ¿Cuáles son estas situaciones? Son políticas, familiares, económicas, raciales, sociales, religiosas entre otras.

Disciplina interior: Implica el tener dominio y control de sí mismo para enfrentar las realidades y circunstancias que le rodean. Es importante el cultivo de la virtud para poder obrar con rectitud y justicia. Sólo así se puede mirar hacia la paz cuyo punto de partida está en el corazón del ser humano. Indicamos que no se puede mirar la sociedad existente y conformarse tratando de seguir reproduciendo la misma sociedad ya que esto representaría un caos ante lo que somos como seres humanos. Es imprescindible discernir y juzgar críticamente las realidades sociales.

Para lograrlo, hay que empezar por establecer una escala de valores que sea clara y definida, que permita nuestra acción de modo responsable. Considerar las características de los valores nos ayudará a tomar conciencia de nuestro deber.

  • Se dan en un ser libre (el hombre)
  • Tienen alcance universal
  • Son intemporales (tienen prioridad)
  • Absolutos (se justifican así mismos)
  • Objetivo (implican obligación)

El ser humano se ha cuestionado y sigue cuestionando acerca del bien, la verdad, el poder, la justicia y la esperanza. También, se ha planteado el significado de la vida, el mal (pecado), y la realidad humana en la vida y después de la muerte. Todo estos aspectos que suele el ser humano cuestionarse, en algún momento se proyectarán en actitudes, en formas concretas de conductas que tendrán implicaciones éticas en la convivencia humana.

La formación integral del ser humano debe mirar hacia una dimensión ético-social de la persona donde pueda darse una apertura universal y realista ante las diferentes circunstancias que le ha tocado vivir a toda la humanidad hoy. El aspecto emocional del ser humano no puede dejarse a un lado. También se afecta ante lo cambiante de la sociedad y las transiciones propias de él. Una reflexión tocante al aspecto espiritual del hombre nos dirige a establecer que es parte de la formación integral sin olvidarnos que este asunto tiene su enfoque en la dimensión religiosa de la persona humana.

La visión cristiana respecto al hombre y del mundo nos permite aclarar grandes interrogantes que surgen en él sobre sí mismo, la sociedad o el mundo y la historia que el ser humano ha ido construyendo. La manera como actuemos marcará nuestras vidas, el mundo y la cultura. Nunca olvidemos que la manera en que actuemos en cada momento de nuestra existencia es parte del juicio que pasamos de todo nuestro entorno. Por lo tanto, representa nuestra acogida, rechazo, compromiso, rebeldías, responsabilidades, identificación o la identidad de cada uno en el mundo. De cada uno depende.

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